Algunos días después, tres Magos llegaban de la Caldea, y se postraban ante Jesús. Acaso venían de Ecbatana, tal vez de las orillas del mar Caspio. Caballeros en sus camellos, con las petacas repletas colgadas de las sillas, vadeado habían el Tigris y el Éufrates, atravesado el gran Desierto de los Nómades, contorneado el Mar Muerto. Una estrella nueva –semejante al cometa que aparece de tarde en tarde en el cielo para anunciar el nacimiento de un Profeta o la muerte de un César– los había guiado hasta Judea. Habían venido para adorar a un Rey y se encontraron con un recién nacido, mal fajado, escondido en un Establo.
El don de sabiduría Vamos a considerar finalmente el más elevado de todos los dones del Espíritu Santo, que es el de sabiduría. Sabemos que
El don del entendimiento nos da un conocimiento profundo, desde Dios y hacia Dios, de las verdades de fe, de los misterios revelados.
El don de Ciencia El don de ciencia es luz. Es conocimiento. No ya de lo que hay que hacer en concreto, que eso es
El don de consejo podríamos decir que es esa “Providencia diminuta”, detallada y sobre todo particular sobre nuestras vidas, que hace a un santo ayunar y al otro comer, pero a los dos santificarse por medio de ello.
El don de piedad Como todos los dones, también en el de piedad podemos encontrar grados. Los dones no se dan a todos en el
El bien cuesta, hacer el bien presenta dificultades, para ser buenos hay que sufrir el mal y a sus persecuciones, hay que resistir al ataque de las pasiones, hay que enfrentar los ataques del enemigo, y hay que superar todo el sufrimiento que la vida nos presenta.
el don de temor mueve a alejarse “instintivamente” de todo lo que pueda ofender esa soberana majestad, aún lo más mínimo.
Los Dones del Espíritu Santo: el modo divino Dijimos que los dones del Espíritu Santo se diferencian de las virtudes no por el objeto de
Los dones del Espíritu Santo: Dice el libro de Isaías: Saldrá un renuevo del tronco de Jesé, un tallo brotará de sus raíces. 2 Reposará