📖 Ediciones Voz Católica

Más leído esta semana

Pregunta

Entre los años 1999 y 2000 varias empresas, equipos de investigación e incluso gobiernos (Inglaterra, Estados Unidos) han propuesto, autorizado o decidido experimentar con las células madre (estaminales) extraídas de embriones humanos. Tengo entendido que los beneficios sobre el hombre pueden ser inimaginables, pero ¿qué moralidad tienen estos hechos?

Respuesta

Estimado:

Sus dudas exigen un experto. Buenamente intentaré poner en lenguaje accesible este difícil asunto.

  1. Aspectos científicos

Una «célula estaminal» es una célula con dos características[1]: 1) la capacidad de autorrenovación ilimitada o prolongada, esto es, de reproducirse muchas veces sin diferenciarse; 2) la capacidad de dar origen a células generadoras de transición, con capacidad limitada de proliferar, de las cuales descienden gamas de células altamente diferenciadas (nerviosas, musculares, hemáticas, etc.).

La preparación de células estaminales embrionales humanas (Embryo Stem cells) implica hoy: 1) la producción de embriones humanos y/o la utilización de los sobrantes de fecundaciones «in vitro»; 2) su desarrollo hasta la fase de blastocito inicial; 3) la extracción del embrioblasto o masa celular interna, operación que implica la destrucción del embrión; 4) el cultivo de dichas células en un estrato de fibroblastos de ratón irradiados y en un terreno adecuado, donde se multiplican y confluyen hasta la formación de colonias llamadas embrioides (embryoid bodies); 5) repetidos cultivos de las células de las colonias obtenidas, que llevan a la formación de líneas celulares capaces de multiplicarse indefinidamente conservando las características de células estaminales durante meses y años.

Éstas, no obstante, constituyen solamente el punto de partida para la preparación de las líneas celulares diferenciadas, o sea, células que poseen las características peculiares de aquellas que forman los diversos tejidos (musculares, nerviosas, epiteliales, hemáticas, germinales, etc.). Los métodos para obtenerlas están todavía en estudio.

También se experimenta hoy con las células estaminales del adulto (Adult Stem Cells). En los últimos años se descubrieron también en varios tejidos humanos células estaminales pluripotenciales –en la médula ósea, en el cerebro, en el mesenquima de varios órganos–, esto es, capaces de dar origen a diversos tipos de células, la mayoría hemáticas, musculares y nerviosas. Se ha descubierto cómo reconocerlas, seleccionarlas, mantener su desarrollo y llevarlas a formar diversos tipos de células maduras mediante factores de crecimiento y otras proteínas reguladoras. Esto presenta una alternativa menos problemática a las células embrionales.

  1. Problemas éticos[2]

1) El primer problema ético, que es fundamental, puede ser formulado del siguiente modo: «¿es moralmente lícito producir y/o utilizar embriones humanos vivientes para la preparación de células estaminales?».

La respuesta es «no», por las siguientes razones:

a) El embrión humano viviente es, a partir de la fusión de los gametos, un sujeto humano con una identidad bien definida, que comienza desde ese momento su propio desarrollo, coordinado, continuo y gradual, de tal modo que en ningún estadio sucesivo puede ser considerado como un simple conglomerado de células.

b) En consecuencia, en cuanto «individuo humano», tiene derecho a su propia vida. Por tanto, cualquier intervención que no sea en favor del embrión mismo, se transforma en un acto que atenta contra dicho derecho.

c) Por tanto, la ablación de la masa celular interna del blastocito, que lesiona grave e irreparablemente el embrión humano truncando su desarrollo, es un acto gravemente inmoral y, por tanto, gravemente ilícito.

d) Ningún fin considerado bueno, como la utilización de las células estaminales que podrían obtenerse para la preparación de otras células diferenciadas con vistas a procedimientos terapéuticos de grandes expectativas, puede justificar una tal intervención. Un fin bueno no hace buena una acción en sí misma mala.

e) Para un católico, dicha postura se confirma por el Magisterio de la Iglesia que, en la encíclica Evangelium vitae –refiriéndose también a la Instrucción Donum vitae de la Congregación para la Doctrina de la Fe, afirma: «El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida».

2) El segundo problema ético: ¿es moralmente lícito realizar la llamada «clonación terapéutica» a través de la producción de embriones humanos y su sucesiva destrucción para la producción de células estaminales?

La respuesta es también «no», por la siguiente razón: todo tipo de clonación terapéutica, al menos por ahora, parece implicar necesariamente la producción de embriones humanos y la subsiguiente destrucción de los embriones producidos, con el fin de obtener células estaminales. Se cae de nuevo, pues, en el problema ético precedentemente expuesto, el cual no puede tener sino una respuesta negativa.

3) El tercer problema ético: ¿es moralmente lícito utilizar las células estaminales, y las células diferenciadas de ellas obtenidas, proporcionadas eventualmente por otros investigadores o disponibles en comercio?

La respuesta es «no», en el caso en que:

a) se comparte la intencionalidad moralmente ilícita del agente principal (cooperación formal); participación que, en el caso que nos ocupa, se podría concretizar en pedir la producción de las mencionadas células o en adquirirlas a conocidos productores y proveedores;

b) aún sin haber complicidad alguna en la destrucción voluntaria de los embriones que ya se ha producido, la utilización de tales células derivadas de ello comportaría la manifestación, o el riesgo de manifestación, de una aprobación implícita y/o una incitación indirecta a proseguir tal procedimiento, que es gravemente ilícito, o sea, sería motivo de grave escándalo.

«En conclusión –dice la Declaración de la Pontificia Academia para la Vida–, es evidente la seriedad y la gravedad del problema abierto por la voluntad de extender al campo humano la producción y/o el uso de embriones humanos incluso en una perspectiva humanitaria. El dato, ya constatado, de la posibilidad de utilizar células estaminales adultas para lograr los mismos fines que se pretendieran alcanzar con las células estaminales embrionales –aún cuando hacen falta aún para ambas muchos pasos ulteriores antes de obtener resultados claros y definitivos–, indica que la primera es el camino más razonable y humano que se ha de recorrer para un correcto y válido progreso en este nuevo campo que se abre a la investigación y a prometedoras aplicaciones terapéuticas. Éstas representan, sin duda alguna, una gran esperanza para una parte notable de personas enfermas».

P. Miguel A. Fuentes, IVE

 

Bibliografía para profundizar:

Pontificia Academia para la Vida, Declaración sobre el uso de células estaminales(24/08/2000).

[1] Cf. Declaración de la Pontificia Academia para la vida, 24/08/2000.

[2] Ibid.

Seguir Leyendo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.