¿Cómo crecer en el amor al Santísimo Sacramento en este Adviento?

Más leído esta semana

📖 Ediciones Voz Católica

Teniendo una buena preparación para recibir ferviente y dignamente a nuestro Señor Jesucristo en la Sagrada Comunión

Nuestra alma es como un jardín, que debemos adornar y llenar de hermosas flores (que son nuestras virtudes) y frutos ( que son nuestras obras) , que el Señor encontrará al entrar en la comunión en nuestra alma.

Este puede ser nuestro pensamiento para acrecentar ese deseo de recibirlo, y de que Él se encuentre a gusto en el jardín de nuestra alma. Allí trabajaremos, arrancando todo lo que lo haga feo (nuestros pecados, por la confesión) , y prepararemos el suelo para recibir nuevas gracias (con la oración.

Esperaremos con alegría ese momento, para estar con Él, allí en esa intimidad, que nos ofrece para dársenos por completo.

Para ello pedimos: crecer en la FE.
¿Estoy seguro que nuestro Señor, entra para poseerme, para hacer su morada en mi alma? ¿Sé que Él quiere que sea su delicia, que añora y espera amorosamente ese momento? ¿Percibo que su tierna mirada, esta siempre esperando disposiciones nuevas en mi alma, para prodigar bendiciones y gracias que me hagan adelantar a grandes pasos en el camino a la unión con ÉL?. Un santo decía “una sola comunión bien hecha, bastaría para hacernos santos”. ¿Pido la gracia de que en cada comunión, en cada sublime momento en que Él entra, mi cuerpo y mi alma se abran a ese tierno abrazo de un Dios locamente enamorado de mi?

Disposiciones necesarias:
Para tener grandes disposiciones, y que nuestro “jardín” alegre, consuele, y colme a nuestro Señor, es necesario
Vivir en gracia, en deseos que sea esta gracia cada vez mas intensa, por medio de confesiones frecuentes.
Prepararse llegando unos minutos antes a la celebración de la Santa Misa y piadosamente entrar en nuestro interior para disponer nuestra alma a seguir la liturgia, sabiendo que estamos en el mismo sacrificio de la Cruz.
Acercarse a recibir a Jesús Sacramentado acompañados de la Virgen María, que ella nos presente a su Hijo y nos preste sus virtudes, para que embellecer nuestra alma.
Ser conscientes de nuestro deber de agradecer por todos los bienes recibidos en cada Santa Misa, de los beneficios mayores que trae: “Agradecer atrae una lluvia nueva de gracias”.
También ser conscientes de interceder y pedir mucho, por la Iglesia, la Patria, nuestra familia, los pecadores, etc.
También pedir por nuestra santificación personal (nadie puede dar de lo que no tiene), para poder llevar a los nuestros al cielo. Muchas veces Jesús a revelado a sus santos:”Que pedimos pocos, que Él es muy rico, que quiere seamos sus ladrones de gracias”

Recordemos que los momentos de acción de gracias, de intimidad con nuestro Dios, son los mas preciosos, debemos profundizar en que no hay nada mas sublime y mas parecido al cielo que esos momentos. Entramos en una unión tan estrecha que nos convertimos en lo que hemos recibido.
Y Él, nos colma infinitamente de sus dones, haciéndonos, según nuestras disposiciones, capaces de conquistar para nuestra alma y para el mundo entero las gracias mas insignes y urgentes. ¿Somos conscientes de como desperdiciamos muchas veces, esos momentos tan valiosos, donde Él arde en deseos de darnos todo?

¡Que todos los santos y nuestro ángel de la guarda nos ayuden, a que en este Adviento, seamos capaces de recibir a Jesús Hostia con las mayores disposiciones!

Seguir Leyendo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.