El Ápostol de la Inmaculada y el Sagrado Corazón de Jesús

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Algunas frases y una oración del Mártir San Maximiliano María en relación a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús

“Nuestro lema es: ´por medio de la Inmaculada al Corazón de Jesús'”

“en Ella y a través de Ella estamos consagrados entera, completa y exclusivamente a Jesucristo”

“Su voluntad no se ha alejado de la voluntad de Dios ni siquiera un instante. Ella ha pertenecido siempre y libremente a Dios. Y en Ella sucede el milagro de la unión de Dios con la creación”

“¡La Inmaculada: he aquí nuestro ideal”. “Ser cada vez más de la Inmaculada, profundizar la pertenencia a Ella y, por consiguiente, abrir cada vez más las alas del amor, sobre todo hacia el Smo. Corazón de Jesús y las manifestaciones de su amor…”

Toda la vida de Jesús y toda su actividad es amor de su Sagrado Corazón… El alma que ve todas esas manifestaciones de amor, también querría pagar amor con amor, pero por experiencia sabemos lo débiles que somos. Y es aquí donde se manifiesta el amor del Corazón de Dios que nos ofrece su propia Madre para que podamos amarle a El con el corazón de Ella. No ya con nuestro miserable corazón, sino con su Corazón Inmaculado.

El amor de la Inmaculada es el amor más perfecto con el que una criatura puede amar a su Dios. Así pues, tratemos de amar cada vez más con el Corazón de María, el Corazón de Jesús, y que eso sea nuestro mayor incentivo. No sólo debéis tratar de conquistar muchas almas para Ella, sino también de conseguir a través de Ella que el mayor número posible de almas se funda con el dulcísimo Corazón de Jesús.

Primero hay que conquistar de esa manera el propio corazón y, después, otros corazones. ¡Que este sea nuestro mayor estímulo!

“OH Inmaculada, reina del cielo y de la tierra,
refugio de los pecadores y Madre nuestra amorosísima,
a quien Dios confió la economía de la misericordia.
Yo……. pecador indigno, me postro ante ti,
suplicando que aceptes todo mi ser como cosa y
posesión tuya.

A ti, Oh Madre, ofrezco todas las dificultades
de mi alma y mi cuerpo, toda la vida, muerte y eternidad.
Dispón también, si lo deseas, de todo mi ser, sin ninguna reserva,
para cumplir lo que de ti se dijo:

“Ella te aplastará la cabeza” (Gen 3:15), y también:
“Tú has derrotado todas las herejías en el mundo”.
Haz que en tus manos purísimas y misericordiosas
me convierta en instrumento útil para introducir y aumentar tu gloria
en tantas almas tibias e indiferentes, y de este modo,
aumento en cuanto sea posible el bienaventurado
Reino del Sagrado Corazón de Jesús.

Donde tú entras oh Inmaculada, obtienes la gracia
de la conversión y la santificación, ya que toda gracia
que fluye del Corazón de Jesús para nosotros,
nos llega a través de tus manos”.

Ayúdame a alabarte, Oh Virgen Santa
y dame fuerza contra tus enemigos.”

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