[GUIDO VIGNELLI, “Una rivoluzione dal basso organizzata dall’alto” en Malintesi e pericoli di un “grande reset” ecclesiastico, Fede & Cultura, 2023]
Paradójicamente, el actual intento de descentralizar, individualizar y democratizar la estructura de la Iglesia se ve favorecido no tanto desde la periferia, desde abajo, es decir, desde la “base”, cuanto desde arriba, desde el centro, es decir, desde la jerarquía eclesiástica.
Además, este proceso se realiza de un modo que no es democrático ni descentralizado, sino oligárquico y centralizador. De hecho, está diseñado por “expertos”, a menudo desconocidos, que dominan los círculos teológicos, y es alimentado por organizaciones sectarias, propagado por los medios de comunicación de masas y favorecido por los poderes culturales, políticos y económicos. La regla de oro de la mediación jerárquica se sustituye por una identificación demagógica y panteísta de las partes con el todo y de los dirigentes con el pueblo (o viceversa).
Como es bien sabido, los revolucionarios protestantes (siguiendo a Lutero), los revolucionarios liberales (siguiendo a Rousseau), los revolucionarios comunistas (siguiendo a Lenin) y los revolucionarios del ‘68 (siguiendo a Marcuse) pretendían “obligar al pueblo a ser libre”: querían liberarlo poco a poco de la tradición de la Iglesia, de la filosofía correcta, de la ley natural, de instituciones sociales como la propiedad, la profesión, la familia, la escuela y el Estado.
Del mismo modo, hoy influyentes autoridades eclesiásticas, pretenden obligar al “pueblo de Dios” a emanciparse de la tutela jerárquica e incluso a liberarse de la estructura eclesiástica. Ambas cosas se sienten como un yugo que, lejos de ser “suave y ligero”, es duro y pesado, porque impide la maduración espontánea de la conciencia religiosa de un pueblo que ya se ha hecho adulto y es capaz de autogestionarse, asumiendo el poder supremo en la Iglesia.
A pesar de cierta propaganda, la Revolución sinodal no intenta restaurar métodos y costumbres “democráticos” presentes en la vida de la Iglesia primitiva, luego reducidos en la llamada Edad Media y suprimidos por la Contrarreforma. Más bien intenta adaptar la Iglesia a una posmodernidad en la que desaparece todo sentido del bien común, del orden, de la autoridad y de la jerarquía, para experimentar una nueva “espontaneidad religiosa” que conducirá primero al colectivismo y luego a la anarquía.
Como es bien sabido, en 1789 la clase aristocrática francesa renunció espontánea y alegremente a sus privilegios para entregar el poder a la revolución popular que, sólo tres años después, la recompensó empobreciéndola, encarcelándola y decapitándola. ¿Sufrirá la actual jerarquía eclesiástica un destino similar? Evidentemente la historia no se repite, pero tiene, no obstante, sus idas y vueltas…
Comentarios 7
Sea el Espíritu Santo redarguyendo cada uno de los corazones y hacer lo que Jesús nos ha mandado sin cambiar nada de lo que ya nos lo ha dejado. Su camino, Verdad y Vida.
Al leer ésto, siento como que es malo lo que se está haciendo.. en cuanto al sínodo.. soy una ciudadana común y corriente. Es la segunda nota que leo y me deja ésa sensación..
En mi humilde opinión me Parece que es Bueno el Sínodo encabezado desde el papa Francisco. El Espíritu Santo, No vá a Permitir que se burle el Nombre de Dios.
María Silvia Cativelli Córdoba Argentina 🇦🇷
Humilde Laico soy. No quiero aparentar sabiduría aunque soy un hombre de edad. No quiero aparentar grandeza espiritual, aúnque sé, que estoy llamado por Jesús a perseguir la Santidad; pero sus eminencias sean mansos de corazón y vivan en el amor de Dios. Él, es todo lo que necesitan en su corazón porque es el camino la verdad y el corazón, no la ciencia, la época, no el intelecto, ni el poder.
Levanto mi vos en el nombre del Señor, sean mansos como Dios es manso, humildes como el Señor.
Rodolfo España
El Salvador, Centroamérica
Me parece que Guido Vignelli está siendo muy sinodal y al criticar al sínodo se contradice a si mismo. Si la renovación viene de las jerarquías eclesiales, entonces la Iglesia es jerárquica es verticalista y no transversal, por lo tanto es tal como él la desea. Entonces ¿Porqué el reclamo? ¿Será que Francisco no es de su agrado y entonces se queja por todo, desconociendo así la elección del Espíritu Santo?
No creemos en la fuerza del Espíritu Santo ? Porque tanto desánimo. Ven Padre de los pobres a darnos tu luz
Lamentablemente, el ataque de Voz Catolica al santo padre continúa.
De verdad que somos cerrados de mente…de verdad que no queremos ver nada más que lo que nos conviene lo que nos gusta.,pero mentes dormidas que clase de creyentes son?..han leído bien los
Evangelios?..no saben también que el Señor nos deja en libertad adsoluta?..tampoco ven lo que está haciendo el señor Francisco? también adoran a la Pachamama?vds también piensan que El sinvergüenza Lutero se asemeja a San Francisco de Asís como insinúa su angélico llamado papa Francisco?por favor católicos como vds no merecen estar dentro de la iglesia de Cristo