Sólo ella lo amó sin interrupción alguna durante todo el tiempo de su vida. Razón por la cual dícese que no hizo sino un sólo acto de amor desde el primero hasta el último momento de su vida. Acto que jamás fue interrumpido. Sólo ella cumplió siempre perfectamente el primero de los mandamientos divinos: « Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas» . De aquí que muchos Doctores de la Iglesia aseguren que su amor aumentaba cada hora; cada momento según algunos, pues cuando un alma, dicen, hace un acto de amor con todo su corazón y con toda la gracia que en si tiene, su amor e rece. De suerte que como esta sagrada Virgen amaba a Dios continuamente con todo su corazón y con todas sus fuerzas, si tuvo diez grados de amor en el primer instante de su vida, en el segundo tendría veinte, cuarenta en el tercero y así iba creciendo su amor, duplicándose cada momento o por la menos cada hora durante toda su vida. Juzgad por esto, qué incendio de amor divino abrasaría a este corazón virginal los últimos días de su vida en la tierra!
Para ello, hay que agregar después del nombre de JESÚS de cada Avemaría una palabrita que nos traiga a la memoria el misterio que se contempla en cada decena, en la siguiente forma
Hermann Cohen era un judío prusiano que se convirtió al cristianismo al ver la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar. Como
En este episodio el P. Gustavo nos habla de María como omnipotencia suplicante.
Estos métodos tienen un carácter marcadamente cristológico; en ellos la alabanza y la intercesión de María nos llevan a la contemplación de Cristo, conforme a la misión de la Madre de Jesús, que consiste en conducirnos al Hijo.
Los métodos son también una ayuda pedagógica para hacer del Rosario una verdadera oración de alabanza divina y santificación humana por la contemplación de los misterios de la vida, de la pasión y de la gloria de Jesús y de María.
María Santísima, nuestra Madre del Cielo además es Corredentora. ¿Qué es redimir? Primero aclaremos ese término…
Cuando san Juan Pablo II tenía 9 años falleció su mamá y su padre lo llevó ante una imagen de la Virgen y le dijo “Ella ahora es tu Madre”. Lo sabía el Papa, pero eso lo ayudó muchísimo a tomarla realmente como Madre.
Quien quiera, pues, ser miembro de Jesucristo, lleno de gracia y de verdad, debe formarse en María, mediante la gracia de Jesucristo, que en ella plenamente reside, para de lleno comunicarse a los verdaderos miembros de Jesucristo, que son verdaderos hijos de María.
El Espíritu Santo, que se desposó con María, y en Ella, por Ella y de Ella, produjo su obra maestra, el Verbo encarnado Jesucristo, como jamás la ha repudiado, continúa produciendo todos los días en Ella y por Ella a los predestinados, por verdadero aunque misterioso modo.
La fiesta mariana más antigua que se conoce en Occidente es la de “María, Madre de Dios”. Ya en las Catacumbas que están cavadas debajo de la ciudad de Roma y donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Misa hay pinturas con este nombre: “María, Madre de Dios”.
La Iglesia presenta a nuestra consideración la figura de la Santísima Virgen como Madre de Dios. Maternidad divina que es la causa de todos los títulos y grandezas de María: es Inmaculada, llena de gracia, corredentora, asunta y reina de cielos y tierra, por ser Madre de Dios.
Por consiguiente: La maternidad divina constituye el primer principio básico y fundamental de toda la mariología.
Cuando sabes la solución, no te influyen; pero muchos no saben qué responder y su fe se tambalea.
María es MADRE DE DIOS porque es madre de Jesús, y si Jesús es Dios, Ella es Madre de Dios.
Como si a uno le hacen alcalde: su madre es madre del alcalde. Ella no le dio la alcaldía, pero como él es alcalde y ella es su madre, con todo derecho es madre del alcalde.