Algunos dicen que las guerras futuras serán por agua, otros que por la información, muchos afirman que se disputarán los recursos energéticos. Sin duda, habrá conflictos por todas estas cosas y por muchas más. Y la malicia del hombre se encargará de inventar otras razones que aun no somos capaces de imaginar. Pero, sobre todo, el gran conflicto, la batalla crucial (antes de la última de las últimas, que comenzará cuando oigamos sonar trompetas en el cielo), no será por oxígeno, agua, fuego o petróleo, sino por la libertad de decir la verdad.
Porque Chesterton lo dijo finamente:
There is one sin: to call a green leaf grey,
Whereat the sun in heaven shuddereth.
There is one blasphemy: for death to pray,
For God alone knoweth the praise of death.There is one creed: ’neath no world-terror’s wing
Apples forget to grow on apple-trees.
There is one thing is needful—everything—
The rest is vanity of vanities.
Lo que, con mucha libertad, expresé hace años de esta manera:
Hay un solo pecado:
decir que la hoja verde
es gris; deso hasta el Sol
en el cénit se estremece.
Hay una sola blasfemia:
invocar la Muerte,
porque el tiempo de morir
solo a Dios le pertenece.Existe un solo Credo:
que toda manzana crece
en cada confín del mundo
sobre un manzano, y se mece
con la brisa dulce-suave
de cada nuevo septiembre.
Realidad hay una sola
necesaria eternamente:
TODO, y el resto es vanidad
y por vanidad, perece.
Si queremos ser libres de poder decir la verdad y llamar las cosas por su nombre, tendremos que pelear. Y probablemente tendremos que morir. «Oí una voz que decía desde el cielo: Escribe: Dichosos los que mueren en el Señor» (Ap 14,13).
P. Miguel Ángel Fuentes, IVE
Comentarios 3
Padre, en estos tiempos es un tema interesante y de reflecion. El Verbo Encarnado y Nuestra Madre María y la guia del Espiritu Santo con su luz, a traves de los Ejercicios Ignacianos, nos muestre nuestras flaquesas y debilidades, nos fortalezca, para crecer espiritualmente, estar con nuestras lamparas encendidas como las virgenes y cuando suene la trompeta poder escuchar la voz del Señor. El Señor nos bendiga a todas las almas del mundo entero.
Para combatir las luchas Invocar a María y que ella sea quien dirija nuestras vidas, confiando a ella el timón llegamos seguro a Jesucristo nuestro puerto de Paz .
Cierto P. Miguel Angel, lo que nos comenta.
Si queremos ser libres y decir la verdad y llamar las cosas por su nombre tendremos que pelear y morir probablemente.
Le pido a Nuestra Madre Santísima, que nos ayude en ésta lucha por la verdad.
Gracias P. Miguel Angel, por sus enseñanzas. M