Por un libre decreto de su sabiduría, decidió Dios eternamente que el misterio de Cristo no se realizara sino con el consentimiento de la que
Se trata de la obra más grande de la gloria de Dios y de la salvación de las almas, que es la redención, y del instrumento más santo para esa obra, que es, indudablemente, la humanidad de Jesucristo, y de la persona más allegada al Redentor divino, que es la Virgen Santísima.
Charla dada por el Padre Miguel Ángel Fuentes el 2 de Agosto en Roma, Italia a la tercera orden del Verbo Encarnado.