Un desafío dado por Jesús a las almas
“Deseo que, durante la cuaresma, me hagan especialmente compañía en mi pasión, meditando con más frecuencia sobre mis sufrimientos, el precio de la redención del hombre, y, sobre todo, imitando a la verónica, enjugando mi rostro por amor”.
“El alma será el lienzo en el cual yo imprimiré, a medida de su aplicación a mis divinos rasgos”.