Las promesas que les hizo son siempre valederas, son para todos los tiempos, son eternas, porque la misión de manifestar el misterioso amor del Corazón de Jesús no terminará sino con el fin de los tiempos. Cada siglo traerá un nuevo esplendor a la revelación triunfal de ese amor.
Introducción Uno de los aspectos que más nos llaman la atención y que parece estar siempre como telón de fondo en todas las apariciones del