Compartimos un texto de la Introducción a la vida devota de san Francisco de Sales, en la que el Santo nos invita a reflexionar sobre COMO HACER LA MEDITACIÓN.
El primer punto era PONERNOS EN PRESENCIA DEL SEÑOR (ver AQUÍ), después correspondía la INVOCACIÓN y la PROPOSICIÓN DEL MISTERIO a meditar (ver AQUÍ). Hoy veremos las CONSIDERACIONES y AFECTOS Y PROPÓSITOS.
DE LAS CONSIDERACIONES, SEGUNDA PARTE DE LA MEDITACION
Después. del acto de la imaginación, sigue el acto del entendimiento, que llamamos meditación, la cual no es otra cosa que una o varias consideraciones hechas con el fin de mover los afectos hacia Dios y las cosas divinas: y, en esto, la meditación se separa del estudio y de los demás pensamientos y consideraciones, las cuales no se hacen para alcanzar la virtud o el amor de Dios, sino para otros fines e intenciones: para saber, o disponerse para escribir o disputar. Teniendo, pues, como he dicho, tu espíritu concentrado dentro del círculo de la materia que quieres meditar-por medio de la imaginación si el objeto es sensible, o por la sencilla proposición, si no es sensible-, comenzarás a hacer consideraciones sobre el mismo, de las cuales encontrarás ejemplos prácticos en las meditaciones que te he propuesto.
Y, si tu espíritu encuentra suficiente gusto, luz y fruto en una de las consideraciones, te detendrás en ella, sin pasar adelante, haciendo como las abejas, que no dejan la flor, mientras encuentran en ella miel que chupar. Pero, si en alguna de las consideraciones, después de haber ahondado un poco, no te encuentras a tu sabor, pasarás a otra; pero, en esta labor anda despacio y con simplicidad, sin apresurarte.
DE LOS AFECTOS Y PROPÓSITOS, TERCERA PARTE DE LA MEDITACION
La meditación produce buenos movimientos en la voluntad o parte afectiva de nuestra alma, como amor de Dios y del prójimo, deseo del paraíso y de la gloria, celo de la salvación de las almas, imitación de la vida de Nuestro Señor, compasión, admiración, gozo, temor de no ser grato a Dios, del juicio, del infierno, odio al pecado, confianza en la bondad y misericordia de Dios, confusión por nuestra mala vida pasada: y en estos afectos, nuestro espíritu se ha de expansionar y extender, en la medida de lo posible. Y, si, en esto, quieres ser ayudada, torna el primer volumen de las Meditaciones de Dom Andrés Capilia, y lee el prefacio, donde enseña la manera de explayar los afectos. Lo mismo encontrarás más extensamente explicado, en el Tratado de la Oración del Padre Arias [1].
No obstante, Filotea, no te has de detener tanto en estos afectos generales, que no los conviertas en resoluciones especiales y particulares, para corregirte y enmendarte, Por ejemplo, la primera palabra que Nuestro Señor dijo en la cruz producirá seguramente en tu alma un buen deseo de imitarle, es decir, de perdonar a los enemigos y de amarles. Pues bien, te digo que esto es muy poca cosa, si no añades un propósito especial de esta manera: en adelante no me enojaré por las palabras injuriosas que aquél o aquélla, el vecino o la vecina, mi criado o la criada, dicen contra mí, ni tampoco por tales o cuales desprecios, de que me ha hecho objeto éste o aquél; al contrario, diré tal o cual cosa, para ganarlos o suavizarlos, y así de los demás afectos. Por este medio, Filotea, corregirás tus faltas en poco tiempo, mientras que, con solos los afectos, lo conseguirías tarde y con dificultad.
San Francisco de Sales, “Introducción a la vida devota”
(Segunda parte, cap. V y VI)
[1] Francisco Arias de Párraga era considerado por San Francisco de Sales como una autoridad en la confesión y oración mental. En el texto se refiere a la obra Aprovechamiento espiritual (1596) de, dividida en dos partes: en la primera se contienen los trabajos siguientes. Exhortación al aprovechamiento espiritual. Desconfianza de si mismo. Rosario deuotíssimo de los cinquenta misterios. Imitación de nuestra Señora. En la segunda parte se contienen estos tratados. De la Oración mental. De la Mortificación. Apéndice del buen uso de los Sacramentos
Comentarios 3
Buenos dias.
Es el silencio de nuestra Madre, callada y ninguna pregunta al Profets Simeon, pues las cosas las callaba y meditaba en su corazon. Un gran ejemplo en las familias como mama poner en.las manos de Dios y conforme a su voluntad por medio de su Gracia lograr entender los precesos de nuestra familia.
Mil gracias, por enseñarnos a hablar con Dios de la vida de San Francisco de Sales. Y ojalá que salga mi comentario, porque varias veces me dicen que no va a salir, pero no me dicen que debo hacer.
Gracias San Francisco de Sales por corregirnos y enmendarnos en no detenernos tanto en los afectos de la meditación, sino en resolver en cosas prácticas, pequeños detalles, en ponernos propósitos especiales y determinados en la vida diaria (en nuestro alrededor y con el próximo-mas cercano).
Cómo lo decía San Alberto Hurtado: “Hay que querer eficazmente”.
Bendiciones hermanos de Voz Católica.
Alabado sea Jesús.
Ave María Purisima.