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Tengo el gusto de estar grabando en esta parroquia del Instituto del Verbo Encarnado aquí en Arizona, en Phoenix, Inmaculado Corazón de María es la patrona de esta parroquia, aquí estoy por unos días colaborando un poco con nuestros sacerdotes.

Quería referirme en este día 8 de diciembre al dogma que celebra la Iglesia de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Es cierto que por ser domingo en algunos lugares se celebra mañana, pero refirámonos entonces a este privilegio enorme, único de María Santísima que como todos los demás privilegios que Ella gozó y que goza en el Cielo le vienen por la dignidad de ser Madre de Dios, dignidad tal que va a decir santo Tomás muy poco amigo de exageraciones que “la dignidad de María es casi infinita y que Dios no podría haber hecho algo mejor que María”, lo dice en “La suma teológica” cuando habla del poder de Dios, de la potencia de Dios.

Esta dignidad entonces de ser Madre de Dios que como dirá el Papa Pio Nono en la Bula que va a declarar este dogma, el cual estamos hablando “Ineffabilis Deus” de fines del siglo XIX tiene una santidad la Virgen que solamente es imaginable por Dios, nos supera María, no podemos llegar a entender la grandeza de María, como no podemos llegar a entender la grandeza de las obras de Dios porque no entendemos el poder Dios.

Esta dignidad entonces, esta santidad de María, lo que va a declarar este dogma es que fue del primer instante de la concepción, es decir fue concebida sin pecado original, esa seria como la parte negativa y además entonces colmada de gracia, llena de gracia. En ese momento de la concepción de María tenia más gracia de la que poseen todos los santos y todos los ángeles en la gloria del Cielo. Todo esto es María y por eso repito difícilmente, imposible entender la perfección y la grandeza por ser justamente la Madre de Dios, por haber sido elegida para esa cercanía única con el Hijo de Dios encarnado dándole Ella de su cuerpo y de su sangre para ser engendrado en sus entrañas.

Todo esto nos lleva a también pensar como la teología va a ir desglosando que María no cometió ningún pecado en toda su vida, ni siquiera venial. La única creatura entonces como va a decir el Concilio de Trento en tener ese privilegio. Todos los actos de María fueron perfectísimos.

María como va explicar santo Tomás aunque él en ese momento todavía como no estaba declarado el dogma no puede llegar a comprender totalmente y a declarar algo que la Iglesia todavía no había declarado, va a decir santo Tomás “María debe ser redimida como todas las creaturas”, entonces si bien hay momentos que dejándose llevar por ese amor a María tan grande que tenia va a decir que fue “concebida sin pecado” en otros momentos no lo afirma porque la Iglesia todavía no lo había corroborado, pero la doctrina a santo Tomás de que tiene que ser redimida fue la que usó la Iglesia después y al declarar el dogma queda clarísimo que Ella fue redimida como todos los hijos de Adán y Eva, pero no fue una redención liberativa como la nuestra, después de estar en pecado Jesucristo nos rescata, nos redime, sino que la de Ella fue una redención preventiva, es decir fue redimida antes de caer en pecado, antes de que manchase algún pecado su alma Ella fue redimida, rescatada, comprada por decirlo de algún modo por la Sangre de su Hijo y así entonces la teología y el dogma lo explican perfectamente este grandísimo misterio, este dogma hermosísimo que nos tiene que llenar de consuelo. “Una de nuestra raza” como va a decir la Escritura, el orgullo de nuestra raza nunca fue manchada por el pecado original, ni por ningún tipo de pecado y Ella además de ser la Madre de Jesús es nuestra Madre. ¡Cuánta confianza tenemos que tener en su poder , en su amor porque no hay nada más divino que María, nada más parecido a Dios que María! Hay quienes no entienden esto, no es nuestro problema, nuestra fe nos lleva entonces a honrarla de todo corazón y en este día a aclamarla y a pedirle que nos proteja porque justamente si ha recibido toda esa gracia, gracia que además fue creciendo en su vida, siempre fue llena de gracia y siempre fue creciendo en gracia. No la recibe sólo para Ella sino también para nosotros porque como sabemos es también Corredentora

Quería terminar con el texto, la parte central del texto de la Bula que la declara a María Inmaculada desde su concepción por lo hermoso que tiene, la hermosura que tiene y por lo que nos llena de gozo esas palabas tan profundas del Papa y que nos tienen que mover a la devoción a nuestra Madre “Después de ofrecer sin interrupción a Dios Padre, por medio de su Hijo, con humildad y penitencia, nuestras privadas oraciones y las súplicas de la Iglesia, para que se dignase dirigir y afianzar nuestra mente con la virtud del Espíritu Santo, implorado el auxilio de toda corte celestial, e invocado con gemidos el Espíritu paráclito, e inspirándonos él mismo: Para honor de la santa e individua Trinidad, para gloria y ornamento de la Virgen Madre de Dios, para exaltación de la fe católica y aumento de la cristiana religión, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo, y con la nuestra propia, declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, por gracia y privilegio singular de Dios omnipotente, en atención a los méritos Cristo Jesús, salvador del género humano, fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios y, por tanto, debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles.

Por lo cual, si algunos –lo que Dios no permita– presumieren sentir en el corazón de modo distinto a como por Nos ha sido definido, sepan y tengan por cierto que están condenamos por su propio juicio, que han naufragado en la fe y que se han separado de la unidad de la Iglesia”.

En un día tan especial como hoy entonces nos acogemos a la protección de nuestra Madre sin mancha desde el primer instante de la concepción, la santísima de todas y por supuesto la más tierna de todas las Madres. Ave María Purísima sin pecado y en gracia concebida.

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