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Sexto día de la Novena de Navidad. 21 de diciembre

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Meditación de san Carlos de Foucauld

Ha llegado el momento fijado por Dios desde toda la eternidad para su aparición entre los hombres … Navidad, Navidad, Dios es nuestro, Emmanuel, ¡Dios está con nosotros! La cueva se iluminó de repente: los cánticos de los ángeles la llenan, un niño pequeño aparece en los brazos de María: ¡un niño nos ha nacido!

Afuera hace frío y nieve, imágenes del mundo … Pero en la caverna, iluminada por Jesús, ¡qué buena es! Qué suave, cálido, luminoso …

Cuando entraste en el mundo, no fuiste recibido: todas las puertas de Belén se cerraron ante ti en tu nacimiento. ¡Así recibió la tierra a su Dios, y tú no la maldijiste, Dios mío! ¡La dejarás bendiciéndola!

Mi Señor Jesús, el mundo no te ha recibido. ¡Oh! ¡Quiero recibirte! Pero, ay, con todos mis deseos, ¿qué tengo para ofrecerte? ¿Tengo mejor para ofrecerte que una cueva fría, oscura, sucia, habitada por bueyes y burros, por naturaleza ruda, pensamientos terrenales, sentimientos bajos y vulgares? Ay, Dios mío, lo admito, es la triste hospitalidad que te ofrezco. Pero lo que no hice, ¡hazlo Tú, Señor Jesús! ¡Ilumina esta cueva de mi alma, oh Divino Sol!

«En mi nacimiento -dice Jesús- me entrego completamente a Ti: me pongo en Tus manos. A partir de ahora, podrás verme, tocarme, escucharme, poseerme, servirme, consolarme».

No temas, no tengas miedo frente a este niñito tan dulce que te sonríe y te extiende los brazos. Él es tu Dios, pero está lleno de mansedumbre y sonríe: no temas. Sea todo ternura, todo amor y toda confianza».

Extracto de sus meditaciones

Reflexión teológica

Cristo quiso nacer en Belén por dos motivos:

Primero, porque nació de la descendencia de David según la carne, como se dice en la carta a los Romanos (1,3). Por eso quiso nacer en Belén, donde nació David, para que por el mismo lugar de nacimiento quedase demostrado el cumplimiento de la promesa que le había sido hecha (2 Sam. 23,1). Y esto es lo que indica el Evangelista (Lc 2,4) cuando dice: Porque era de la casa y de la familia de David.

Segundo, porque, como dice Gregorio en una Homilía, Belén se traduce por casa de pan. Es el mismo Cristo quien dice: “Yo soy el pan vivo que he bajado del cielo”.

Tuvo a bien nacer en Belén peregrinando como extranjero, porque, como dice San Gregorio, mediante la humanidad que había tomado, nacía como en casa ajena, no conforme a su poder, sino conforme a la naturaleza. Y, como también escribe Beda, por carecer de lugar en el mesón, nos preparó muchas mansiones en la casa de su Padre.

Santo Tomás de Aquino. Suma Teológica III, q. 35, a.7

Oración de san Juan Pablo II

Señor Jesús, junto con los pastores, nos acercamos al Portal de Belén para contemplarte envuelto en pañales y acostado en el pesebre.

¡Oh Niño de Belén, te adoramos en silencio con María, tu Madre siempre virgen!
¡A ti la gloria y la alabanza por los siglos, divino Salvador del mundo! Amén.

Lecciones