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Siempre que se llega al tiempo de cosecha, se vive con gran alegría. Nosotros lo vemos cuando nuestra gente, que en su mayoría son agricultores, comienzan a ver los frutos del trabajo. Éste, es tiempo de lluvias, no de cosecha. Por aquí los campos se cosechan en marzo, abril, depende de los distintos cultivos. Pero los misioneros, a fin de año, experimentamos la alegría de la cosecha de los trabajos de todo el año. Para nosotros el fin de año es tiempo de cosecha de frutos espirituales, o el tiempo en que muchos de esos frutos son visibles.

En el mes de diciembre pasado tuvimos varias actividades de “cosecha”, sobre todo en las escuelas, y en las parroquias. No tuve tiempo de escribirles en su momento. Cada vez me cuesta más escribir, por un lado, porque las actividades pastorales se han ido aumentando a medida que ha ido creciendo la misión. Por otro lado, que tal vez los años se van sintiendo, y me cuesta mucho más ponerme a escribir a la noche, como hacía tiempo atrás, robándole tiempo al sueño. Por eso me van a disculpar, que recién en enero, les voy a contar de la cosecha que tuvimos a finales de 2023.

En primer lugar, terminamos el ciclo lectivo de la escuela “Maria Stella Matutina”, de la parroquia de Ushetu. Esta escuela ya tiene tres cursos de egresados de séptimo grado. Es una escuela completa, con el jardín de infantes y la primaria. Fundada en enero de 2013, ha cumplido sus diez años de existencia. El 5 de diciembre pudimos hacer la misa de fin de año, con la acción de gracias a Dios y a la Virgen por tantos beneficios recibidos. Luego de la santa misa se hicieron juegos por equipos, competencias, y finalmente la entrega de premios y el almuerzo. Se entregaron regalos a los niños que se destacaron en diversas virtudes en cada grado, y también se les agradeció a los maestros, trabajadores y directivos de la escuela. Es muy hermoso ver la participación en la misa, con todos los oficios hechos por los niños, y hasta el coro que canta con mucha seguridad. Realmente reina un verdadero espíritu de familia, y eso se percibe en la alegría espontánea y en cómo los chicos tienen un trato muy familiar con nosotros, con las hermanas, con los maestros. La alegría de la cosecha se ve aumentada al ver los frutos de los trabajos de tantos años.

Dos días después, el 7 de diciembre, fue el turno de la segunda escuela primaria que tenemos, “Nuestra Señora de Luján”, de Kangeme. Esta escuela está en sus inicios, y por lo tanto todo se vive a menor escala, pero ciertamente que la alegría de la cosecha por el trabajo de los primeros años, también se pudo vivir. Los inicios son siempre más difíciles, y los frutos se ven menos. Esta escuela ha comenzado en enero de 2022. Actualmente tiene dos salitas de jardín de infantes, y primer grado de primaria. Todo en construcción, vamos con un aula por año. Pero también en estos años se han dado avances importantes, especialmente por la construcción del gran salón de usos múltiples, de baños, y de algunas oficinas para los maestros y las distintas necesidades de una escuela “naciente”. Aquí los alumnos son todos pequeños, y por lo tanto todo cuesta más. Para la santa misa trajimos a los niños del coro de la escuela “Stella Matutina”. Los pequeños de esta escuela de Kangeme miran a sus pares de la otra escuela como hermanos mayores. También la misa es muy bien participada, pero en este caso la cantidad de niños es menor. Lo mismo que la comunidad educativa, de hermanas, maestros, trabajadores y padres, es más pequeña. Muchos de estos niños no son de familias cristianas, o católicas. Sin embargo, para esta ocasión vienen sus familiares, y es muy hermoso ver como la escuela es un ambiente privilegiado de evangelización. Hay familias de paganos, de protestantes y evangélicos, y de musulmanes. La mayoría de los alumnos son católicos, pero la comunidad es muy variada. Por esto que les cuento percibirán lo importante que es este apostolado, en primer lugar por la formación de los niños, pero también por el alcance que tiene en la sociedad, y aún entre personas que no son cristianas. Es muy bueno ver cómo todos participan de la misa, del acto lectivo, de la entrega de premios y de la fiesta, en un gran clima de alegría y como una verdadera comunidad.

Pero en este ambiente alegre de “cosecha espiritual”, y por lo tanto de gran alegría espiritual, podemos contar las celebraciones de primeras comuniones de las parroquias. Han sido por ahora tres ceremonias. El 8 de diciembre, ya es costumbre desde hace varios años, que las primeras comuniones son en la parroquia de Ushetu. En esa ocasión recibieron a Cristo en la Eucaristía por primera vez, 92 niños y jóvenes. En la parroquia de Kangeme recibieron la primera comunión 93 niños y jóvenes. Y en el centro de Namba Nane, de la parroquia de Kangeme, hicieron lo propio 19 primeros comulgantes. En todas las ceremonias es admirable ver lo bien que vienen preparados, y es muy hermoso, que en medio de la sencillez y pobreza, todos se esfuerzan en venir vestidos para la ocasión. Por parte nuestra tratamos de preparar una linda ceremonia, y luego, buenos festejos, con la comida de fiesta, soda y hasta una torta que hacen las hermanas, y que siempre es recibida con gran alegría. También les hacemos buenos regalos, entre ellos, una Biblia de los niños, ilustrada con muy buenas imágenes, y un rosario para cada uno; y también dulces, por supuesto. Pero los niños saltan y aplauden al ver sus rosarios y Biblias, que comienzan a hojear inmediatamente.

Por este tiempo en que les escribo, ya deberíamos haber terminado con las celebraciones de primeras comuniones, pero nos ha quedado el centro de Mazirayo sin que podamos concretarlo. El problema es que este año las lluvias han sido muy copiosas, y por eso se han arruinado mucho los caminos. El que va para Mazirayo se ha cortado con la crecida del río, que ha pasado por arriba del puente y también se ha llevado parte del camino. Ya no hay comunicación con vehículos, y depende de los días, a veces el cruce se hace más dificultoso, casi que no se puede hacer caminando. Por eso mismo, de acuerdo con los líderes y catequistas de aquél centro, que congrega a siete capillas, las primeras comuniones se posponen para cuando se terminan las lluvias, cerca del mes de mayo. El centro de Mazirayo tiene por patrona a la Virgen de Luján, y siempre les gusta tener una misa y fiesta de todo el centro junto, así que me pidieron que las primeras comuniones sean para la fiesta de la Virgen.

Así quedamos, y entonces les pido a ustedes oraciones por esos niños y jóvenes que esperan para recibir a Cristo en la Eucaristía, para que perseveren y para que podamos tener una hermosa fiesta, como corresponde.
Aquí los dejo entonces, con la alegría de tantos frutos obtenidos en esta hermosa cosecha de la misión de Tanzania. Que puedan disfrutar de las fotos, que en algo dejan ver la alegría espiritual que Dios nos concede en medio de tantos trabajos.

“Al ir iban llorando,
llevando la semilla,
al volver vuelven cantando,
trayendo sus gavillas” (Sal 126,6)

¡Firmes en la brecha!
P. Diego Cano, IVE.

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